2015 la recta final de GabinoPor Eduardo Cruz Silva/ APIM.
Los compromisos adquiridos por Cué Monteagudo, con los partidos políticos que lo respaldaron en su aventura, fueron saldados entregando puestos políticos sin tomar en cuenta capacidades o vacación de servicio. Hoy, a cuatro años del cambio de gobierno, solo se puede observar, que todo fue un simple reparto del botín. Fue quitar a unos para poner a otros, detener un atraco, para que atracaran otros. La prensa ha ofrecido con lujo de detalles varios casos y Gabino Cué, simplemente ha escondido la cabeza como avestruz. Las circunstancias que propiciaron que los aliancistas obtuvieran la gubernatura del estado y la mayoría del congreso local, así como importantes alcaldías de Oaxaca, hoy se ha desdibujado. De ninguna manera ha representado un golpe de timón en la conducción política del estado, ni de sus municipios como se prometió con tanta alharaca. La conformación de ayuntamientos con concejales de distinta ideología política y con intereses muy específicos, no ha sido sinónimo de buenos gobiernos y esas facturas ya se empiezan a pagar en varios municipios que hoy se encuentran confrontados. Se puede decir, que la búsqueda del poder político no va acompañada de una educación sobre el adecuado y responsable ejercicio de gobierno, año con año las historias se repiten muchos pueblos inician o terminan confrontándose con sus autoridades y casi siempre es el manejo de los recursos los motivos de las disputas. Frecuentemente se lee en los diarios oaxaqueños que tal o cual comunidad exige la desaparición de poderes, auditorias, etcétera. Basta observar los reportes periodísticos del mes y año que concluye. En las ultimas décadas, la búsqueda del poder por el poder en Oaxaca ha dejado de lado los valores morales y éticos de las personas que buscan o son impulsadas para obtener una posición política, ni que decir de aquellos que ostentan un cargo obtenido por amistad, complicidad o contubernio político. Eso ocasiona que el “servidor publico” trate de quedar bien con todos, dejando al último al simple ciudadano. El tejido social de Oaxaca se encuentra en un estado de descomposición tal, que despide un olor nauseabundo. Nadie absolutamente nadie, ha podido hasta ahora, hacer despertar al gobernador de Oaxaca de su marasmo, en el resto de sus colaboradores la cosa se pone peor, cada uno siguiendo su propia agenda de ambiciones. Hoy a cuatro año de distancia, al fin podemos entender lo que se quiso decir con ese eslogan de “gobierno del cambio”, Oaxaca se encontraba mal, pues ahora esta peor; sus sectores productivos y economía se encontraban tambaleantes por los conflictos políticos y sociales que propició Ulises Ruíz Ortiz, ahora se encuentran colapsados; la obra pública era escasa, ahora es nula; la sociedad se encontraba desesperanzada; ahora maldice la hora que entregó su voto a Gabino. Inicia el 2015 y con ello la recta final del gobierno de Cué Monteagudo, un gobierno que tras entregar el bastón de mando al relevo que elija la ciudadanía cargará a cuestas el estigma de un gobierno castrado por la Sección 22 e infinidad de organizaciones, políticas, sociales o gremiales que mantuvieron acosado su gobierno sin poder poner orden y distrayendo recursos para “solucionar” conflictos. La historia siempre se ha encargado de juzgar el desempeño de cada uno de sus actores a lo largo del tiempo, sin embargo, la clase política es tan cínica que seguramente Gabino Cué al concluir su mandato se desaparecerá por un tiempo de Oaxaca para pasear en otras latitudes donde nadie lo conozca, la vergüenza de ser uno de los gobernadores más timoratos que ha tenido Oaxaca y que si en algo cambio a la entidad fue para mal.
|